TEXTO DEL DISCURSO DE JUAN PUNDIK
Texto del discurso pronunciado por Don Juan Pundik, Presidente del Comité Ejecutivo de la Comisión Nacional del Día del Niño, con motivo de la entrega del premio FILIUM 1992 a S.M. la Reina Doña Sofía y del acto: "GARANTIZAR LA VIGENCIA DE LA CONVENCIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO", celebrado en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid el 15 de Junio de 1992.
Majestad, Señor Rector Don Gustavo Villapalos, Señor Decano, Don Vicente Moya Pueyo, Señora Rectora Doña Mª Luisa Tejedor, Señor Fiscal Jefe del Tribunal Constitucional, Don Francisco Hernández Gil, Señor Vicepresidente de UNICEF, Don Francisco González-Bueno, Don Antonio Garrido Lestache, queridos alumnos de la Escuela de FILIUM, algunos de los cuales sois conmigo corresponsables de esta obra, Señoras y Señores:
Hemos considerado oportuno celebrar cada año, en un domingo del mes de junio, el DÍA DEL NIÑO. Este año de 1992, el Día del Niño es el próximo domingo 21 de Junio.
Instituir un Día del Niño para toda España implica, no sólo cumplir con una sugerencia de las Naciones Unidas, sino además estructurar una justificación para movilizarnos, para movilizar a las fuerzas vivas del país, a los medios de comunicación y a la población en su conjunto, y sensibilizarla en relación a las necesidades del niño de ser amado, atendido, escuchado, comprendido y respetado.
Los Derechos del Niño, capítulo de los Derechos Humanos, constituyen un tema político de primer orden en las sociedades occidentales que han sido la cuna y son el faro de luminosa irradiación y el baluarte de la democracia y las libertades. No deberíamos permitir ningún intento de subordinar estos valores a ningún otro. Este grado de jerarquización de la libertad y la democracia podría llegar a ser la característica fundamental de esta Comunidad Europea, a lo que con todo orgullo debemos aprender a pertenecer.
Vivimos y sostenemos una democracia, una libertad y unos derechos, de los que la Corona se ha erigido en efectivo y consensuado garante. Este rasgo vehiculizó y fortaleció la transición democrática, dentro de la cual también se democratizó la familia y la situación del niño en ella y en la sociedad. Proceso del cual hemos sido parte activa, trabajando incansablemente durante estos dieciséis años, para mejorar la situación del niño, denunciando su desprotección y maltrato, ofreciendo algunas respuestas y orientaciones, pero aún, más allá de esto, sometiéndonos colectivamente a nuevos interrogantes y problemáticas a resolver.
Quiero aprovechar la oportunidad que me brinda la presencia de Su Majestad para agradecerle nos haya honrado aceptando la Presidencia del Comité de Honor de esta Comisión.
Frente a difundidos y repetidos prejuicios y mitos acerca del incremento de los malos tratos a la infancia, me parece oportuno clarificar que nunca la infancia ha estado en mejor situación que la actual. Esta importante realidad debe servirnos de motor para seguir mejorándola.
Desde los rituales filicidas de la historia inicial de la especie, ofrendando los hijos a los dioses para aliviar epidemias, plagas o mejorar las cosechas, llegamos a la patria potestas del Derecho Romano, que atribuía al padre una autoridad sin límites, incluido el derecho de abandonarlos, venderlos como esclavos y matarlos.
Esta concepción fue recogida en Las Partidas, que se referían a ella como ligamento de referencia del padre sobre su hijo. Tal concepción se mantiene hasta el Código Civil de 1889, vigente hasta 1991, que confiere la atribución al padre como titular único, aunque dejando establecido el derecho subsidiario de la madre. Concede al padre la facultad de corregirlos y castigarlos moderadamente. Al haber considerado la jurisprudencia que las lesiones ocasionadas por esos castigos no eran más que un exceso en el cumplimiento de una facultad legal, los malos tratos a los hijos no tuvieron carácter de noticia durante el franquismo.
A finales de 1976 iniciamos las actividades de FILIUM (Asociación para la Prevención del Maltrato al Hijo). A comienzos de 1977, FILIUM se constituye legalmente como Asociación Civil sin fines de lucro. El advenimiento del estado democrático y de derecho y el inicio de la denuncia de FILIUM, se reflejan en las reformas al Código Civil que, aunque tibias, consagran una patria potestad con igualdad de atribuciones para el padre y para la madre que deben ser ejercidas siempre en beneficio de los hijos, pudiéndoseles corregir razonable y moderadamente.
Y finalmente, disponemos ahora de una legislación protectora subsidiaria, la Convención de los Derechos del Niño, aprobada por unanimidad por la Asamblea de las Naciones Unidas en Noviembre de 1989 y ratificada por nuestro Parlamento en 1990. Esta Convención se funda en el principio esencial del interés superior del niño.
Su Preámbulo proclama a la familia como elemento básico de la sociedad y medio natural para el crecimiento y bienestar del niño. Familia que debe recibir protección y asistencia que le permitan al niño alcanzar en su seno, el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad y la posibilidad de crecer en un ambiente de amor y comprensión.
El texto protege al niño contra toda forma de violencia, prejuicio, abuso físico o mental, descuido, trato negligente, reconoce el derecho del niño al descanso, al esparcimiento, al juego, a las actividades recreativas apropiadas para su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes. El juego es la ocupación favorita y la mas importante que realiza el niño. Es su principal medio de expresión, comunicación y elaboración de conflictos. Es su medio de aprendizaje, de investigación y de conocimiento incluso de sí mismo. Dejemos a los niños jugar y juguemos con ellos.
La Convención de los Derechos del Niño constituye una promisoria garantía jurídica para el estado de la infancia en nuestro país. Pero, paradójicamente, no es en el estricto orden jurídico donde esto puede garantizarse. El ámbito de nuestra acción es el campo de las conciencias, y más allá de esa conciencia, el inconsciente humano. Hasta el inconsciente humano es imprescindible llegar para neutralizar el maltrato al niño. Para poner límite en lo más profundo del alma humana, en su inconsciente, a la agresividad y la violencia al hijo que se constituyen en el factor de mayor riesgo en la sociedad en que vivimos.
Cotidianamente nos telefonean y nos escriben felicitándonos por nuestra labor, estimulándonos a continuarla y ofreciéndonos colaboración. Nos preguntan como colaborar con FILIUM. Nuestra simple e ingenua respuesta es que la mejor colaboración es la de ser padres y madres amorosos y comprensivos y ayudar a que los padres y demás adultos lo sean. El hijo en el deseo de la madre y el padre cumpliendo su función son los dos requisitos esenciales para que el niño se críe en una atmósfera que le permita el desarrollo armónico de su estructura de personalidad. Sin ese deseo de la madre y sin el efectivo cumplimento de la función paterna, sin una pareja parental, sin una familia en cuyo seno criarse con amor, se abre en toda su dimensión el riesgo de las enfermedades mentales, de la delincuencia, de la violencia y las toxicomanías. La prevención de estos riesgos debería ser priorizada en relación a la siempre tardía rehabilitación y a la represión autoritaria que sólo consigue profundizar el mal. A ello respondemos que amar al hijo es erradicar la violencia.
La resolución final de la Cumbre Mundial de la Infancia de Nueva York, de septiembre de 1990, que compromete a los 160 países firmantes, se concretó además en un programa de diez puntos que voy a resumir en lo que es una específica llamada a la acción para nuestro país:
1. Desarrollar actividades de divulgación de esta Convención;
2. Mejorar la salud de los niños y la atención prenatal;
3. Erradicar el hambre y la desnutrición;
4. Fortalecer la condición de la mujer, la planificación responsable de la familia, el espaciamiento de los nacimientos, el amamantamiento y la maternidad sin riesgos;
5. Apoyar los esfuerzos de la familia en el cuidado de los niños desde la primera etapa hasta la adolescencia;
6. Reducir el analfabetismo, educar, preparar para la vida en un medio cultural y social enriquecedor;
7. Impedir los matos tratos, la explotación, el trabajo ilegal y las consecuencias de las drogas;
8. Dar a los niños un futuro de paz y seguridad;
9. Proteger el medio ambiente para el futuro de los niños;
10. Luchar contra la pobreza;
Señora: la entrega que os hago de esta plaqueta, en nombre y representación de la Junta Directiva de FILIUM, de este Premio FILIUM 1992, en vuestro carácter de madre atenta, comprensiva y afectuosa para vuestros hijos y modelo para las madres y futuras madres de España, intenta ser también un homenaje a todas las que hayan podido y que puedan en el futuro cumplir la tarea fundamental para esta sociedad que implica constituirse en la madre atenta y amorosa que sus hijos necesitan.
GARANTIZAR LA VIGENCIA DE LA CONVENCIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO
ACTO DE ENTREGA DEL PREMIO FILIUM 1993 A DON JOAQUÍN RUIZ-GIMÉNEZ
Con motivo del domingo 20 de junio, DÍA DEL NIÑO, tuvo lugar en el Salón de Grados de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, el día 11 de junio, el acto central de la Comisión Nacional del Día del Niño. Hablaron sobre GARANTIZAR LA VIGENCIA DE LA CONVENCIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO, Don José Iturmendi, Decano de la Facultad de Derecho, Doña Margarita Retuerto Buades, Defensora del Pueblo, Don Javier Matos Aguilar, Presidente del Colegio Oficial de Médicos de Madrid y Don Joaquín Ruiz-Giménez, Presidente de UNICEF-ESPAÑA. En el mismo acto hizo uso de la palabra Don Juan Pundik, quién en su carácter de Presidente de FILIUM y del Comité Ejecutivo de la Comisión Nacional del Día del Niño, hizo entrega a Don Joaquín Ruiz-Giménez del PREMIO FILIUM 1993. Se encontraba presente en el local una representación del Comité de Honor de la Comisión Nacional del Día del Niño, del Comité Ejecutivo e invitados en general.
TEXTO DEL DISCURSO DE JUAN PUNDIK
Señor Decano, Don José Iturmendi, Señora Defensora del Pueblo, Doña Margarita Retuerto Buades, Señor Presidente del Colegio Oficial de Médicos de Madrid, Don Javier Matos Aguilar, Señor Presidente de UNICEF-ESPAÑA, Don Joaquín Ruiz-Giménez, queridos alumnos de la Escuela de FILIUM, algunos de los cuales, sois conmigo corresponsables de esta obra, Señoras y Señores:
Algunos años atrás, consideramos conveniente celebrar, el tercer domingo de Junio, el DÍA DEL NIÑO. En 1993, el DÍA DEL NIÑO es el próximo domingo día 20. Instituir un Día del Niño para toda España, implica, no sólo cumplir con una sugerencia de las Naciones Unidas, sino además estructurar una justificación para movilizarnos, para movilizar a las fuerzas vivas del país, a los medios de comunicación y a la población en su conjunto, y sensibilizarla en relación a las necesidades del niño de ser amado, atendido, escuchado, comprendido y respetado.
El maltrato, la negligencia y el abandono del niño, constituyen causa, en la aparición de síntomas psíquicos y somáticos, que pueden desencadenar trastornos en los hábitos infantiles y adolescentes, generadoras de gamberrismo, delincuencia y toxicomanías, de enfermedades mentales y minusvalías diversas, que incluso pueden conducir a la muerte.
A James Bulger, de dos años de edad, de Liverpool, lo secuestraron, torturaron y asesinaron dos niños de diez años. ¿Qué sociedad es ésta, que ha llegado a generar en su seno semejantes monstruos? Como solución a los problemas de niños y jóvenes difíciles, John Major exigía más castigo y menos comprensión. ¿Más castigo aún, menos comprensión aún? Lo que no investiga el periodismo es quiénes son, si los tienen, los padres de estos niños, los padres de los asesinos de las niñas de Alcásser, los padres y las historias, seguramente no familiares, de cada uno de los violadores, delincuentes, asesinos y heroinómanos que se disputan la primera plana de los medios de comunicación. Sería fácil constatar que detrás de estos individuos no hay una familia, no al menos una familia afectuosa, presente, equilibrada.
El filicidio, el maltrato y la destrucción de los hijos es una conducta inconsciente, presente en todas las culturas, en todos los tiempos de la historia, construida sobre la dominación y el miedo de los hijos, mediante sacrificios, ofrendas rituales, mutilaciones o castigos y enviándoles a la guerra. Para que una política preventiva sea realmente eficaz, es fundamental tener en cuenta que esta condición a la que está sometida la infancia, el filicidio, está en el origen mismo de la especie humana, vinculado a la génesis de la cultura.
La especie humana es una degeneración perversa del mundo animal. En ninguna especie animal superior se encuentran conductas de sadismo y destrucción de los congéres como las de la Inquisición, las de la guerra civil española, las del nazismo, las de Bosnia-Herzegovina, las de los desaparecidos de Argentina, los de la caza de niños de la calle en Iberoamérica. Ninguna especie animal superior destruye y maltrata a su propia cría. Es en los seres humanos en los que se presentan estas conductas perversas. La posibilidad de transformarlo en un individuo bondadoso, amoroso, solidario, pasa por la socialización que implican los cuidados y el amor de la madre y la función normadora del padre. Toda política de prevención que no parta de estas premisas está condenada al fracaso.
Por eso, a pesar de los esfuerzos y de los fondos económicos destinados a erradicar la delincuencia y las toxicomanías, la criminalidad aumenta y el consumo de drogas está desbocado. Y hasta que los responsables de estas políticas no tomen en cuenta la profundidad, la dimensión, la historia del problema, y mientras su respuesta sea la represión, conseguirán que cada vez haya más perversión, más criminalidad, más toxicomanías. Las campañas del estilo: "nene bueno, no droga", no toman en cuenta que el nene es estructuralmente perverso.
Para acabar con las guerras y la violencia, debemos fortalecer y democratizar la célula estructural de la sociedad humana, la familia, respecto a la cual esta sociedad ha entrado en confusión, y la familia en deterioro. 1994 ha sido declarado por las Naciones Unidas, Año Internacional de la Familia. Quisiera que este acto constituya también, anuncio preparatorio de esa campaña a la que dedicaremos todo nuestro esfuerzo.
La Convención de los Derechos del Niño, aprobada por unanimidad por la Asamblea de las Naciones Unidas en Noviembre de 1989, fue ratificada por nuestro Parlamento en 1990. Esta Convención se funda en el principio esencial del interés superior del niño.
Su Preámbulo proclama a la familia como elemento básico de la sociedad y medio natural para el crecimiento y bienestar del niño. Familia que debe recibir protección y asistencia que le permitan al niño alcanzar en su seno, el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad y la posibilidad de crecer en un ambiente de amor y comprensión.
El texto protege al niño contra toda forma de violencia, prejuicio, abuso físico o mental, descuido, trato negligente, reconoce el derecho del niño al descanso, al esparcimiento, al juego, a las actividades recreativas apropiadas para su edad, y a participar libremente en la vida cultural y en las artes. El juego es la ocupación favorita y la mas importante que realiza el niño. Es su principal medio de expresión, comunicación y elaboración de conflictos. Es su medio de aprendizaje, de investigación y de conocimiento incluso de sí mismo. Dejemos a los niños jugar y juguemos con ellos.
Los Derechos del Niño, capítulo de los Derechos Humanos, constituyen un tema político de primer orden en las sociedades occidentales, que han sido la cuna, y son el faro de luminosa irradiación y el baluarte de la democracia y las libertades. No deberíamos permitir intento alguno de subordinar estos valores a ningún otro. Este grado de jerarquización de la libertad y la democracia, podría llegar a ser la característica fundamental de esta Comunidad Europea, a lo que con orgullo estamos aprendiendo a pertenecer.
La Convención de los Derechos del Niño, constituye una promisoria garantía jurídica para el estado de la infancia en nuestro país. Pero, paradójicamente, no es en el estricto orden jurídico donde esto puede garantizarse. El ámbito de nuestra acción es el campo de las conciencias, y más allá de esa conciencia, el del inconsciente humano. Hasta el inconsciente humano es imprescindible llegar para neutralizar el maltrato al niño. Para poner límite en lo más profundo del alma humana, en su inconsciente, a la agresividad y la violencia hacia el hijo, que se constituyen en el factor de mayor riesgo en la sociedad en que vivimos.
Al recibir y agradecer el Premio FILIUM 1992, S.M. la Reina Sofía expresó que: "Si el maltrato es siempre la semilla de la intolerancia y la violencia, el amor lo es de la comprensión y la ternura. Cada vez que los adultos seamos capaces de cambiar un maltrato por una caricia, estaremos construyendo un futuro mejor, al mismo tiempo que nos ofrecemos a nosotros mismos una segunda oportunidad como seres humanos. Las leyes, -no escritas y sí grabadas en el corazón de los niños-, de la tolerancia, el amor y la solidaridad serán siempre la mejor garantía de una sociedad más justa".
El amor lo graba en el corazón de los niños una madre presente y amorosa. Suecia, sociedad avanzada, espejo de las sociedades del futuro, harta de invertir presupuestos en estructuras de cemento, en cárceles, asilos, institutos de readaptación y hospitales psiquiátricos, hace 20 años que canaliza una parte de esos presupuestos para que cada madre sueca dedique un primer año a la crianza de su hijo y la subvenciona con un salario básico, haya o no trabajado nunca. Vamos a solicitar a la próxima legislatura y al nuevo gobierno que adopten esta experiencia. No es una utopía, si se utilizan para ello los fondos del seguro de desempleo. Darle a las madres la opción de quedarse a criar a sus hijos, si es posible durante dos años, y que los parados vayan a ocupar sus puestos de trabajo.
Agradezco a Don José Iturmendi, el privilegio que nos ha concedido de poder hacer entrega de esta plaqueta en un ámbito tan propio como lo es la Facultad de Derecho. El ámbito en el que se preparan los legisladores que tendrán la responsabilidad de mejorar cada vez más la protección jurídica de las futuras generaciones.
La educación, la cultura y la ciencia, no nos garantizan nada y pueden incluso ser utilizadas contra los valores supremos del ser humano. La educación popular, las instituciones culturales y la investigación científica, estaban más desarrolladas en 1939 en Alemania que en otros países del mundo. No pudieron impedir la Segunda Guerra Mundial, 50 millones de muertos. La denigración más humillante y vergonzosa que haya enfrentado la especie humana. Los problemas que abordamos e intentamos solucionar, requieren nuevas ideas, mucha imaginación e inventiva, puestas al servicio inquebrantable de la democracia, la libertad y el respeto a la dignidad humana.
Don Joaquín Ruiz-Giménez, ex Defensor del Pueblo, Presidente de UNICEF-ESPAÑA, amigo, le entrego esta plaqueta, en nombre y representación de la Junta Directiva de FILIUM, de este Premio FILIUM 1993, por su labor en pro de la infancia y su actividad destinada a GARANTIZAR LA VIGENCIA DE LA CONVENCIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO y por su trayectoria al servicio de valores supremos del ser humano, como la democracia, la libertad y la dignidad.
Nada más. La COMISIÓN NACIONAL DEL DÍA DEL NIÑO está compuesta por un COMITÉ EJECUTIVO, que tiene a su cargo las tareas de organización y un COMITÉ DE HONOR, presidido por S.M. la Reina Sofía, e integrado por personalidades representativas de la vida política, intelectual y universitaria del país. La Comisión hace un llamado a instituciones, organizaciones, centros escolares a nivel nacional, de comunidades autónomas, provinciales y de ciudades, a tomar contacto y solicitar información e impresos a la Comisión Nacional del DÍA DEL NIÑO, para organizar con tiempo el DÍA DEL NIÑO en 1994, y que se celebrará el DOMINGO 19 DE JUNIO, teléfono 615383806 - Asura 95 - 28043 Madrid.
CONCLUSIONES DEL 3er. CONCRESO INTERNACIONAL PARA LA PREVENCIÓN DEL MALTRATO AL HIJO.
PARA CAMBIAR LA VIDA ES PRECISO CAMBIAR PRIMERO LA FORMA DE NACER.
CONTRIBUYAMOS AL FUTURO DEL MUNDO ABRAZANDO TIERNAMENTE A NUESTROS HIJOS.
Con el lema de: AMAR AL HIJO ES ERRADICAR LA VIOLENCIA y bajo la advocación de la frase: PARA CAMBIAR LA VIDA ES PRECISO CAMBIAR PRIMERO LA FORMA DE NACER, finalizaron las deliberaciones del 3er. CONCRESO INTERNACIONAL PARA EL ESTUDIO Y PREVENCIÓN DEL MALTRATO AL HIJO, iniciadas el 10 de Julio en Madrid, con el auspicio del Instituto de Cooperación Iberoamericana, y los discursos inaugurales de autoridades y prestigiosos profesionales.
Se debatieron diversidad de ponencias y se contempló la necesidad de solicitar del Ministerio de Educación y Ciencia, que se incluya la orientación sexual y anticonceptiva como asignatura curricular de la ECB, en manos de expertos en los temas. Los objetivos fundamentales de esta propuesta son, prevenir el riesgo del abuso sexual infantil y evitar embarazos no deseados en la adolescencia. NINGÚN EMBARAZO MÁS NO DESEADO. Los hijos deseados, son más queridos, mejor atendidos y cuidados por sus padres. Los hijos accidentales están más predispuestos al abandono, accidentes, enfermedades, suicidios, toxicomanías y delincuencia.
Se efectuaron aportes referentes a la necesidad de contribuir a la erradicación del parto violento, de connotaciones quirúrgicas, para reemplazarlo por el parto natural y por el parto vertical. Se destacó la importancia de la preparación de la mujer embarazada, de la no separación del hijo recién nacido de su madre desde el primer momento del nacimiento y progresivamente durante la primera etapa de la vida. Se aportó la importancia del amamantamiento natural, y de la persistencia de la relación inicial de la madre con el hijo en el futuro del ser humano. Se subrayó la importancia de la presencia del padre durante el parto y en las sucesivas etapas del desarrollo evolutivo. Se cuestionó la mecánica frustradora y filicida de los sistemas educacionales y su incidencia determinante en el fracaso escolar y en el fracaso de vida. Se establecieron claras pautas para el diagnóstico del síndrome del niño maltratado y del abuso sexual infantil y su prevención.
Se resaltó la necesidad de obtener fondos económicos para la investigación de los distintos matices y consecuencias del maltrato al niño, desde el síndrome del niño maltratado, a los accidentes, suicidios, enfermedades y abuso sexual infantil.
Se aportaron estudios acerca de la génesis del autismo y la esquizofrenia, como resultado de la fractura temprana de la relación del hijo con su madre. También se estableció la génesis de las toxicomanías, la violencia y la delincuencia, al ser la madre el agente socializador universal y natural de la agresión innata, y constituir el comportamiento adolescente una respuesta al tratamiento recibido de sus padres.
Arnaldo Rascovsky, Presidente de FILIUM Argentina y FILIUM Internacional, destacó el carácter universal e histórico del filicidio y la necesidad de erradicar la persistencia de la mayor lacra que avergüenza a la humanidad, para poder dejar de ser la única especie de animales superiores que destruyen a sus propias crías.
Juan Pundik, Presidente del Comité Organizador del Congreso y de FILIUM España, subrayó el interés de los hombres y mujeres de FILIUM por ser recordados como generación, no tanto por los avances científicos y económicos, ni por su desarrollo tecnológico, y sí en cambio, por los hombres y mujeres felices que hayamos podido crear. Finalizó diciendo: En 1985, AÑO INTERNACIONAL DE LA JUVENTUD, seguimos trabajando tesoneramente para la generación del año 2000. Tengamos en cuenta, que por nuestros frutos, por nuestros hijos, se nos reconocerá. Cada uno de nosotros puede contribuir eficazmente de modo personal y directo, a la erradicación del maltrato y en consecuencia, al futuro del mundo, abrazando tiernamente a sus hijos.
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